Dr. Ángel Juárez
Cirugía Estética y Plástica
Medicina Estética
FUENTE: Alimente - El Confidencial
Fue recientemente cuando la cantante Raquel del Rosario abrió la caja de Pandora al retirarse los implantes mamarios. Así lo anunciaba en Instagram aludiendo a que su decisión se debía a su posible relación con el linfoma anaplásico de células grandes (LACC). Llegó a calificarlos como ‘bombas de relojería’. Esta dolencia, muy infrecuente, se detectó por primera vez en 2011 y fue aceptada como enfermedad por la OMS en 2016.
La voz de los expertos no se ha hecho esperar. El doctor Ángel Juárez, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora y Estética (SECPRE), y cirujano al frente del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario La Zarzuela de Madrid, lanza un mensaje de calma. "No podemos frivolizar con este tema. Si bien muchas mujeres recurren a los implantes por razones estéticas, otras muchas se someten a esta cirugía reconstructiva tras un cáncer de mama. Cada año se realizan 15.000 operaciones de aumento de pecho con implantes en España. Las complicaciones suponen un porcentaje ínfimo. Podemos afirmar que es una cirugía segura", insiste este profesional.
Hasta 2020, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) había recibido la notificación de 78 casos sospechosos, 63 de los cuales se confirmaron como ese tipo de linfoma.
En declaraciones a Alimente reconoce, además, "que tanto las sociedades médicas como los organismos gubernamentales en materia de salud a nivel mundial, no han indicado la necesidad de retirar los implantes. Lo único que se hizo en su momento fue la retirada del mercado y el cese en la manufactura de un determinado tipo de ellos. Todo el revuelo que ha podido ocurrir ha sido por alguna noticia malinterpretada y algún comentario desinformado en redes sociales. Aun así, el número de pacientes que ha consultado para retirarse los implantes por este motivo ha sido muy reducido".
El LACC se caracteriza por la presencia de células malignas infiltrando la cápsula periprotésica o en el líquido periprotésico. Es más frecuente en las prótesis rugosas, con mayor incidencia de encapsulado, pero de uso menos frecuente. Actualmente, la tendencia en cirugía estética y reparadora es a utilizar prótesis lisas o nanotexturadas.
El doctor Juárez recalca que “la AEMPS confirma que el LACC relacionado con implantes mamarios en la mayor parte de las ocasiones no se trata de un verdadero cáncer de mama, sino de un trastorno linfoproliferativo relacionado con la cápsula periprotésica, ya que la cápsula periprotésica no forma parte del tejido de la glándula mamaria. El tratamiento suele consistir en retirar los implantes, aunque si hay afectación extramamaria, tendrán que extirparse con márgenes oncológicos las masas o lesiones que se presenten, así como de las adenopatías afectadas".
El seguimiento de la paciente se "lleva a cabo de forma conjunta entre Oncología y Hematología. En este tipo de casos se desaconseja la reconstrucción con un nuevo implante mamario. Es preferible valorar técnicas de reconstrucción autóloga o lipofilling”, apostilla.
E insiste: "Todo acto médico lleva asociados unos riesgos, tanto por el acto en sí como por los dispositivos que puedan llegar a usarse. Tras la retirada de circulación de los implantes involucrados, los controles han aumentado, nuestro conocimiento ha crecido, las bases de datos que registran los dispositivos implantados son ahora de obligado cumplimiento, y la tecnología de fabricación se ha perfeccionado mucho. Por todo, esto es muy improbable que ocurra otra intervención como la moratoria de hace años en EEUU".
El cáncer de mama es ya el más diagnosticado en todo el mundo, por encima del cáncer de pulmón. Con 2,3 millones de nuevos casos detectados en 2020 (un 11,7% del total), el cáncer de mama supera ya en incidencia al cáncer de pulmón (11,4%), que hasta era ahora el más prevalente. El dato lo hacía público a finales de 2020 The Global Cancer Observatory, una entidad dependiente de la Organización Mundial de la Salud. En este aumento confluyen dos factores. "Por un lado, cada vez más mujeres acceden a un cribado, lo que hace que se detecten más cánceres a nivel mundial. Un segundo factor es el abandono o la menor presencia de ciertos hábitos o circunstancias que sabemos que ejercen un papel protector, como la disminución de la actividad física, la obesidad o el retraso de la maternidad", explica el doctor Juárez.
Qué mujer se pone el implante
El especialista admite que "no hay un perfil concreto. A la consulta llegan mujeres de toda condición, solicitando una mejora de su pecho por diferentes razones. Porque lo ven pequeño, caído, asimétrico, etc. En general, el aumento aislado es más frecuente en mujeres jóvenes, y la elevación y el remodelado de las de mamas asociada a implantes, en pacientes que han tenido hijos o en las que su pecho se ha deteriorado con el tiempo".
Recuerda, además, "que los cambios en las prótesis han sido sutiles pero decisivos. La modificación del texturado de la cubierta los ha hecho más seguros. Los mecanismos de trazabilidad facilitan el seguimiento. En definitiva, se han mejorado los mecanismos de seguridad para la paciente. Se suma a todo ello que las técnicas de diagnóstico por imagen que se utilizan hoy en día han superado con creces el inconveniente de no 'ver' un cáncer de mama cuando existe un implante".
Impacto de la pandemia
La incidencia de la pandemia, con retrasos en los programas de cribado y la saturación de la atención primaria, podría alterar las cifras de 2021 y 2022 de los tumores mamarios. "Es probable que las de 2021 reflejen menos casos diagnosticados. No significa que haya menos tumores, sino retrasos en el diagnóstico precoz. Sabemos que, por ejemplo, durante la primera ola de la pandemia, hasta mayo de 2020, se diagnosticaron un 20% menos de nuevos casos de todos los tumores a nivel general en toda España. Hay que sumar que la situación epidemiológica, que afortunadamente se va estabilizando, ha retraído a muchas mujeres a la hora de hacerse sus revisiones ginecológicas", subraya.
La buena noticia es que "este retraso en este tipo de pacientes ocurrió en la fase de aislamiento; una vez recuperada la 'nueva normalidad', el diagnóstico y tratamiento se ha puesto de nuevo a los niveles prepandemia o superiores. La pandemia nos enseñó y dotó de herramientas de teleasistencia que, combinadas con la práctica habitual, nos permite ser más eficientes y llegar a más pacientes".
Esta circunstancia podría motivar que ahora se detecten menos cánceres, pero en estadios más avanzados. En España, una de cada 8 mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida. Detectado a tiempo, la supervivencia es del 85,5% a los cinco años del diagnóstico de este tumor, según la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer).